porqué

Y esto, ¿por qué no se sabe?

Me lo dijo un viejo amigo mientras nos remojábamos en el primer baño de este verano. Le sorprendió todo lo que hago por aquí y por allá sin que la mayoría de nuestros comunes amigos lo sepan: y, ¿esto por qué no se sabe?

Pues no se sabe porque no hablamos y no hablamos porque nos aburre todo lo de los demás y porque nos conocemos tanto que ya no hacemos ni el esfuerzo de interesarnos (o aparentar que lo hacemos) por las cosas de los demás. Un, ¿qué tal?, ¿qué tal está tu madre?, oye ¿cómo acabó aquello? o un ¿qué tal te fue por Formentera?, para pasar rápidamente a un “bueno, no hemos venido a hablar de penas”, “bueno, del trabajo no se habla” o a un “pues yo he estado en Marrakech, cuando tú aún no te habías subido al ferry en Denia.

En fin, debe ser una cosa de la edad.

Antes en el colegio hasta nos contábamos las películas. Sí, las películas. Tus amiguetes te contaban en los recreos una película entera o como había terminado la que no viste acabar la noche anterior. Hoy ya no estamos para películas sobre todo si son las de los otros.

Por lo demás, pues sí estoy haciendo muchas cosas, por ejemplo escribo mucho en el blog, participo en otro que se llama notaríaAbierta, sigo con mis cosillas en el Consejo, echo una mano a algunos opositores…

Para entonces mi viejo amigo ya había sumergido las orejas en el agua y me quedé hablando solo, así que me volví a la orilla a coger una cerveza de la nevera.

Más de dos años después, este post salió a colación en la conversación con una nueva amiga (por cierto, mucho mas joven que yo,)

Creo que podríamos titular la reflexión “versiones descatalogadas de uno mismo” ….

“Pensaba el otro día en todas esas personas que un día conocieron tu versión de aquel momento y que si hoy te encontraran de nuevo esperarían una versión tuya que ya no existe. Muchos se decepcionarían y otros tantos no sabrían reaccionar. Es más fácil conocer a gente nueva que “reconocer” a quienes conociste y con los que perdiste el contacto”.

Muchos viejos amigos que conocieron mi versión de estudiante de derecho y la de opositor en épocas en las que compartíamos afinidades, intereses, proyectos de vida, momentos o juergas, no me han dado después la oportunidad de mostrar mi versión posterior ni muchísimo menos mi versión actual. Lo peor es que tengo la sensación (realmente tengo la creencia) de que no les interesa lo más mínimo conocerla (… exactamente lo mismo que me sucede a mí con ellos). Así que, sí: a mí en estos tiempos me es mucho más fácil conocer a gente nueva que hacerme reconocer por quienes teóricamente me conocen desde hace varias décadas. Es más, desde hace mucho estoy más a gusto con gente que he conocido hace relativamente poco que con esos teóricos amigos de toda la vida que en realidad ya son poco amigos (con alguna excepción …).

Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario




 

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