el protocolo historia de la vida de un notario

El protocolo, la historia de nuestras vidas

Se me ha ocurrido la feliz idea de revisar mi protocolo, es decir, las aproximadamente 11.000 escrituras que he firmado en los 11 años que llevo aquí destinado. El propósito no es otro que el de hacer una recopilación de modelos para esta sección. Los modelos han de ser raros o poco usuales. Pueden ser de escrituras o de actas, aunque también tengo instancias, solicitudes y hasta algunos contratos privados, de esas que no vemos todos los días y que te obligan a emplearte más a fondo cuando se da el caso, o a hacer memoria, o a las dos cosas al mismo tiempo. El trabajo está resultando ingente (verdaderamente agotador en realidad), aunque ya me quedan solo la mitad de los “protocolos” por revisar. Para hacernos una idea del nivel de rareza que manejo, solo he salvado unas 100 escrituras de 5.500, aunque espero que sean unas cuantas más en el sprint final (en la segunda parte que aún me queda por revisar). Creo que siempre he tenido ganas de hacer esto y que el blog ha sido finalmente el impulso que necesitaba para mi labor recopilatoria. Aquí puede irse viendo un ejemplo de mi trabajo:

Lo que no tenga cabida en los MODELOS, irá a parar a una sección que abrí hace más tiempo. Se llama “Pequeños Modelos”. Esto es todo lo que tengo allí hasta ahora:

 

Para hacer una escritura, unos tienen modelos, otros tenemos memoria, otros tienen ambas cosas. Los de la memoria (propia y prestada por nuestros sistemas informáticos) simplemente recurrimos a la escritura más parecida a la que queremos hacer y que somos capaces de recordar. Esto (tener memoria y usarla) es (muy) bueno pero también es (fundamentalmente) malo (como sistema en sí). Es bueno porque como no hay dos escrituras iguales (bueno si que las hay, pero no son todas tan iguales como pueda parecer) y así te fuerzas a leer más cosas de las que lees cuando utilizas plantillas o modelos, disminuyendo el nivel de errores y estando siempre en un continúo proceso de retoque y mejora de tus escrituras, pero es malo porque estoy casi seguro de que ocupas más tiempo y el tiempo es oro. En cualquier caso, no sé si me acostumbraré algún día a trabajar con plantillas y a rellenar campos … Tal vez para mi sea ya algo tarde para cambiar…

El caso es que repasando esos 11.000 documentos he tenido una visión de mis últimos 11 años de vida que me ha parecido (exagerando un poco) similar a la visión que algunos dicen que han tenido cuando están a punto de diñarla y ven toda su vida en un instante. Yo he visto mis últimos 11 años como Notario en mi actual destino convertidos en una sucesión de muchos instantes, porque ya llevo semanas haciendo esto y porque creo que aún tardaré un par de meses más (al menos) en terminar de seleccionar lo más interesante y, probablemente, otros dos en editarlo todo para poderlo publicar en el blog. Cuando todo esté listo, veremos si me planteo algún giro importante en mi proyecto.

Que suerte tenemos de poder recurrir al protocolo para saber lo que hacíamos tal día a tal hora, aunque este ejercicio no sirve solo para eso … Repasando el protocolo también podemos ver cuanto de más (o de menos, o de muchos menos) firmábamos antes, cómo ha evolucionado la contratación, cómo ha cambiado el panorama bancario, cuántas exigencias, herramientas y aplicativos han surgido, cómo apretamos en el tema fiscal con cada negocio u operación que pasa por nuestras manos, cómo han disminuido las daciones en pago y las hipotecas, cuántos clientes y amigos se han ido para el otro barrio, cuántas empresas se han ido a hacer puñetas, cuántos clientes han dejado de venir, qué pocos vienen que antes no lo hacían, cuántas empresas nuevas han surgido, cómo nos reímos con aquella escritura, menudo problemón tenían aquellos, que bronca se montó aquel día, ese asunto no lo resolvimos bien y aún colea, menudo pedazo de imbécil que era ese tío, que entrañable la abuelita aquella, que tío tan simpático, aquel se salió al final con la suya, ¿y el tío del bocadillo?, ¿qué fue de Fulano?, ¿se murió Mengano?, que difícil fue aquella escritura, ahora firmo menos poderes, esta fue la primera escritura que hicimos de ese tipo, en fin, tantas y tantas y tantas cosas que hemos visto cada día, todos los días, días sucesivos en nuestras notarías y que tenemos la oportunidad de revisar cuando queramos, mientras el protocolo continúe a nuestro cargo, es decir, hasta que cumpla 25 años o incluso más si estamos más de 25 años en la misma notaría porque en ese caso no tenemos que hacer entrega del protocolo al archivo del Distrito.

Especialmente he vuelto una vez más a comprobar cuántos nombres raros, por inusuales o infrecuentes, hay por el mundo:

Abilio Acidalio Acracia Adaucto Adelto Adilia Adolfina Adolina Aflauricio Afrania Aladino Albina Albino Alcides Alegría Algira Alister Almiro Álvara Amado Amandina Amaro Analita Ananías Anastor Andulquia Anicia Antenor Antero Antimo Antioquia Altagracia Amable Amandina Aminda Anselma Antoliano Aparecida Apolinar Aquilino Aracelis Arcesio Argimiro Aristarco Armanda Armandina Armilo Aroldo Arselen Arselia Artemio Ascensio Asterio Atanasio Augberto Áureo Aurita Avelina Avencia Balbino Baldomera Balsamina Baralides Basilisa Belerico Beltrán Benilde Briseis Camino Caralampio Castillo Cástor Cayo Celedonio Celerino Celina Childerico Cira Clemencia Clementa Cleofé Cleofendina Clorinia Columbina Concesa Consorcia Corazón Córdula Corpus Corsinio Corsino Crescenciana Crescencio Cristani Cristino Cristobalina Custodia Custodio Dagoberto Dalmacio Delfina Delia Dictino Diomedes Divina Dodolino Domila Dominga Domitila Domnino Donald Doralice Dulcidio Dulcina Dulfina Dulzura Dunia Dupicinia Ebrén Edelfina Edesita Edita Edicta Eduviges Eduvigis Efigenia Efraín Efrén Egipcíaca Elba Electicia Elegida Elemenia Eleusis Eleuteria Elfidio Elia Elida Eligio Elina Elio Eludina Elvia Empidio Endolino Enedina Enentina Eolo Erondina Ercilia Erotida Ersilia Erundina Esiquio Esposoria Estanislá Estereo Estíreo Estéreo Eudita Eudosia Eufemia Eufrasiano Eustoquia Evedasto Evelina Everardo Evergislo Evilagia Evilasia Exiquio Ezequías Fabriciano Facunda Felecinda Felicia Felicidad Felicinda Felicísima Felicísimo Felicitas Fiacro Fidela Fidencio Flaminio Florida Fresina Fructuosa Gala Galo Gelucha Georgina Germana Germelino Germinal Geroncia Gerónima Gil Goretti Graciano Granada Griselda Gudelia Hermelando Hermelina Hilda Holandina Honesto Honorario  Honorina Humildad Ibilda Idorfa Ilda Indolfa Inocente Isolina Jesuinda Jesuita Jovita Juno Justurio Juvenal Juvina Lamberto Laudelina Laudiosa Leonides Leonila Leonito Licinia Lindinalva Lino Liria Liriana Lisardo Livina Loida Longinos Lucinda Luria Macaria Macedonio Magín Magina Magencio Malaquías Marciana Marciano Marsencio Melecio Melquíades Mérita Migdonio Milagrosa Montaña Mutiel Navidia Nelida Nelio Némesis Neulina Nicandro Nicanor Nicomedes Nilo Ninfa Nivarda Nivardo Noa Nolfa Olintio Oliver Olimpia Ona Onixífero Orestes Orlinda Orsinio Orsita Otilia Otilio Ovilo Palma Pastora Placer Placeres Policarpo Prima Prisca Procopio Providencia Querubín Querubina Quintiliano Quisquella Ramos Reinerio Remigio Roca Rolando Sabas Sabina Salceda Salomón Samarita Santiaga Sebastiana Segundo Sela Senén Serapio Sergia Servanda Serviliano Siervo Sigifredo Silverio Sinforosa Siro Sisenando Sisinando Solanda Sotera Superancio Tanínforo Tarsicio Társila Tecla Teodomiro Terencio Tránsito Trifón Trufero Ubaldo Urcesino Ursinio Ustasio Vanilda Vedasto Venaranda Venecio Veránea Veremunda Veremundo Verena Vidolino Violante Virgilio Virginio Vitelio Vito Wilma Wladimiro Yael Zoilo y Zósimo

el protocolo de cada notario

Os animo a retrotraeros al primer año en vuestros destinos actuales y a entrar fugazmente en cada protocolo, os vendrán mil recuerdos a la memoria y experimentaréis mil sensaciones (en mi caso mayoritariamente agradables aunque también me encuentre con buenas dosis de tristeza, de impotencia y de amargura). Conforme voy avanzando y ahora que he echado la vista atrás (y la seguiré echando unas semanas más hasta que termine mi labor), diría que me siento igual que el Albercoq al que, un día que fui a su casa a firmar con él unos documentos, le pregunté:

“¿Como está usted Sr. Albercoq?”

Y el Albercoq me contestó:

“Completo y tranquilo”. ¡Completo y tranquilo¡ Nunca olvidaré esas tres palabras de un hombre mayor y enfermo, postrado en la cama, que se sentía entero y con todas las cosas hechas y, lo que es más importante, con todas las cosas bien hechas.

Yo, como el Albercoq, también me atrevería a decir que, por supuesto, estoy entero y, sobre todo, que estoy con la conciencia tan limpia como una patena.

Aviso que el de los Modelos no es el único Proyecto que tengo entre manos. Al final voy a necesitar un mecenas ….

Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario




 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.