Viaje a Estambul, 2011

Como ya conté aquí, si entré en Twitter fue animado por mi hermano (sí, el de cuellotortuga) que me insistía en que me iba a encantar y con la idea de hacer en Twitter algo similar a lo que hacía en Tripadvisor desde 2007.

En Tripadvisor llegué a ser Gran Crítico, a estar entre los veinticinco mayores críticos de la web (el único español) y a recibir en agradecimiento a mi trabajo “desinteresado” un iPad que sigo teniendo a pesar de la mala vida que le da mi querido Justito Junior.

Aquí tenéis prueba de mi inclusión en ese Top 25:

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En mi primer tuit decía:

“Ya estoy aquí, soy Justito El Notario. En mi cuenta pretendo compartir mis experiencias y conocimientos gastronómicos, viajeros y notariales”

Dos años y pico después, el Nihil Prius Fide y el Nihil Prius Manducare, mis dos leit motivs, están casi a la par. El formato Twitter tiene unas características específicas y limitaciones que han influido en mi devenir tuitero. Por eso ahora ando mucho por Instagram (menos por Facebook) y por eso me he hecho bloguero (bueno, en esto han influido mucho Paco Rosales y Carmelo Llopis que me han animado y jaleado para que terminara haciéndolo).

En esta faceta bloguera en la que pretendo hacer muchas cosas, probablemente demasiadas, uno de los proyectos es recuperar tanta crítica, tanta aportación no retribuida (excepto el iPad) que hice a los amigos de Tripadvisor.

Y ese proyecto lo inicio aquí, compartiendo con vosotros las seis críticas que hice en el año 2011, mes de Enero, tras un viaje en familia a Estambul que hicimos para celebrar una cifra redonda de aniversario de matrimonio.

Os dejo con aquellas aportaciones, con el enlace a las mismas y a las webs de los sitios comentados o a otras de interés sobre los mismos si no las tienen o no las he localizado, advirtiéndoos de que como han pasado unos años, la vida pasa y las cosas cambian.

Palato Café Sultanahmet

En la zona-barrio de Sultanahmet hay decenas de sitios donde comer o cenar. Resulta difícil elegir y más aún si te paras a mirar las cartas que suelen tener en el exterior puesto que el encargado, con mucha amabilidad, te animará a entrar a su establecimiento. En nuestra primera noche en Estambul y después de un par de vueltas por la zona nos decidimos por el Palato Café. Nos atendió un chico super amable y servicial, que hizo todo lo posible por entenderse con nosotros en nuestro paupérrimo inglés y que fue muy cariñoso con el niño. El local no está tan bien como pueda parecer, pero es agradable, con un ventanal para divisar la calle y una buena terraza (demasiado fresca en enero). La cena consistió en un par de entrantes y un plato principal con el cordero y las especias como ingredientes principales. Todo lo que tomamos nos gustó mucho. El vino turco que elegimos fue un acierto. El precio muy aceptable y el rato que pasamos de los que no se olvidan.

foto palato

Hotel Four Seasons at Sultanahmet

Una antigua cárcel transformada en hotel de lujo. Seguro que cuando era cárcel no se veía tan preciosa. Desde la misma puerta de entrada ya eres consciente de “donde te has metido”. Traspasas el umbral y empiezan “Las mil y una noches”. Nunca he visto un personal más amable y servicial. Nos acompañó una persona a la habitación y allí nos esperaban dos más. La habitación era enorme, con su zona de vestidor, el cuarto de baño con bañera, ducha independiente y zona wc, la zona de cama que era king size (más bien era King Kong size), la zona de despacho o trabajo y la de lectura. El baño estaba hasta alfombrado. ¡Cuantos detalles¡ Pedazo de tele, albornoces de día y noche, amenities de calidad, sábanas especiales para los niños (un día Popeye, otro Spiderman, otro Disney), fruta fresca, agua con y sin gas todos los días, la wii, DVD y películas a nuestra disposición. Excelente servicio de habitaciones y gran desayuno. Coincidimos en esos días con la presidenta (ya ex) de Argentina, Cristina Kirchner y su hija. Vaya despliegue que se montan. Fantástico y maravilloso.

foto hotel estambul
Hamdi Restaurante

Bullicioso y aglomerado restaurante junto al Bazar de las Especias, frecuentado por la gente bien de Estambul y atendido por un tropel de camareros a los que no les vendría mal un poco más de simpatía. Los comensales entran sin parar durante las varias horas en que se sirven las comidas. Las mesas vuelven a ocuparse en cuanto quedan libres. Se come ligero en cantidad y tiempo. En la comida, típicamente turca, predomina el cordero, el arroz, las ensaladas y los fritos y es buena pero me resultó escasa. Las vistas desde la planta de arriba son espectaculares; estás con el Bósforo a tus pies. No tengo ni idea del precio porque lo teníamos concertado como parte de un día completo de excursión por las mezquitas de Estambul, pero barato no tiene que ser. Diría que es de lo mejorcito de la ciudad. A pie de calle tienen pastelería y sus delicias turcas son riquísimas.

Zeyrekhane Restaurante

Muy bien ubicado, con muy buenas vistas, una gran terraza, amplio comedor, servicio atento, buena comida turca, edificio histórico, pero no había ni un alma y eso siempre desanima, aunque sea por sugestión. Solo había dos mesas ocupadas, la nuestra y otra en la que se celebraba lo que podía ser una comida de negocios; así que había demasiado silencio y tranquilidad en un local demasiado espacioso. Los ociosos camareros estaban completamente pendientes de nosotros, así que comimos bien, pero rápido y sin ambiente. Esto es lo que le faltó al sitio: ambiente y comida más abundante y variada. Después de tres días en Estambul el cordero y la berenjena ya te salen por las orejas. Un sitio de cierta categoría, pero tal vez ¿venido a menos? ¿decadente?

foto restaurante

Basílica Cisterna

Una obra arquitectónica singular próxima a las dos grandes mezquitas (Azul y Santa Sofía) que nadie debe dejar de visitar. Ideal para ir con niños por su aire misterioso y los grandes peces que la habitan. La cabeza tumbada de Medusa, las teorías sobre su colocación (está cabeza abajo), la iluminación y el silencio contribuyen a la atmósfera fantasmagórica de un sitio casi irreal. Imprescindible.

cisterna estambul justito

House of Medusa Restaurante

De manera completamente casual, al encontrarse cerca de nuestro hotel, nos topamos con House of Medusa y creo que de los restaurantes que he tenido ocasión de conocer en Estambul, es el que más me ha gustado, aunque también creo que mejores o iguales los tiene que haber a patadas en una ciudad tan enorme con esta. El restaurante ocupa una bonita y pequeña casa de varias plantas y tiene un patio delantero vallado en el que también es posible comer (nosotros fuimos, como ya he dicho, en el mes de enero, así que no nos atrevimos, aunque había algunos valientes fuera). El interior resulta muy confortable y cálido, bien decorado. El camarero que nos atendió era hombre de pocas palabras, pero tuvimos la suerte de acertar con nuestra cena, excepto por el vino. Hemos bebido buenos caldos turcos, pero esta noche no acertamos. Lo único que falló en una cena inolvidable. Tienen o tenían otro restaurante ¡en Zaragoza¡

Solo conozco a una persona que no le haya gustado Estambul. Es de la tribu de los “Dudas Fundadas” para más señas. Hay gente para todo.

Hasta otra, un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario




 

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