los viajes ajenos

Los viajes ajenos

Tenemos una cierta tendencia a no escuchar cuando se nos cuentan los viajes ajenos, las experiencias gastronómicas de otros, el disfrute de un buen vino por quien nos habla. Lo mismo ocurre con los sueños, tal vez con la excepción de los eróticos 

Normalmente estamos deseando contar nuestra propia experiencia en el mismo lugar o en otro bien distinto. Se supone que el recuerdo nos hace evocar y volver a disfrutar del buen momento vivido y que queremos aconsejar al prójimo nuestra buena vivencia.

En el fondo en todo esto hay algo de esa mala costumbre de no dejar hablar a los demás, de no escucharnos cuando nos hablamos, de no respetar el turno de palabra y de no interrumpir al que la tiene, dejando hablar al que sabe de algo o lo ha vivido recientemente o más intensamente, por la razón que sea, que nosotros mismos. Es un interesarse por las cosas de las demás. O al menos, un disimular que nos interesan, con mano izquierda y diplomacia, tan necesarias y tan escasas en estos tiempos. Es una cosa de buena educación, aunque no nos interese lo más mínimo, prestar atención y escuchar cuando nos están contando algo.

No me pondré como ejemplo de absolutamente nada de lo bueno que he mencionado, pero si que diré una cosa de mi: apunto lo que me recomiendan y tengo buena memoria para recordar lo que me dicen cuando no tengo ocasión de apuntarlo. En mi blog he dado cuenta de ello aquí y aquí. Estas magníficas recomendaciones me llegaron via mail de mis amigos tuiteros Uxia y Amador.

maletas viajes ajenos justito

Dicho esto, me voy a dedicar en este post y en alguno más, tal vez periódicamente, a hacer listados de recomendaciones. Son recomendaciones de cosas pendientes, cosas que me gustaría hacer, probar o visitar, que normalmente me han recomendado, algunas fáciles, otras más difíciles, algunas posibles otras más bien improbables:

  1. Bodega Molina, catas y más en Cartagena (Murcia).
  2. Restaurante La Dalia, Chinchilla de Montearagón (Albacete).
  3. Ostras, AcuEO.
  4. 17 destinos maravillosos 2016 de Paco Nadal, entre los que está mi querido Mondoñedo.
  5. Playa de las Mulas, Cartagena (Murcia).
  6. Restaurante El Rincón de Joaquín, San Cayetano (Torre Pacheco, Murcia).
  7. Vías Verdes
  8. Plazas de soberanía españolas (sin ocasionar un incidente internacional): de Melilla a Ceuta, pasando por Chafarinas, Peñón de Alhucemas y Peñón Vélez de la Gomera. Doy por imposibles Perejil y la Isla de Alborán (que, por cierto, pertenece al municipio de Almería). Para este viaje, podría ser una buena opción la autocaravana, pienso yo. En autocaravana, tendría acompañante casi seguro.
  9. El primer Parador en Portugal: Casa da Insua.
  10. Requesones Fonteta. Una recomendación de las fáciles de llevar a cabo.
  11. Vinos Zagarrón de Mota del Cuervo (Cuenca). Me interesan especialmente los blancos. Atención a los precios y gastos de envío.
  12. Caseta del Colegio Notarial de Andalucía en la Feria de Abril de Sevilla a la que hemos sido invitados varias veces. A ver si el año que viene puede ser. La Feria de Abril, los Sanfermines y las Fallas son tres grandes eventos que penden en mi debe viajero. Habría que ponerle solución a esto cuanto antes.
  13. Restaurante “Dos Estaciones”, Valencia.
  14. Restaurante Los Caprichos de Meneses en Zamora capital.
  15. Restaurante El Rincón de Antonio de Zamora. Estuvimos a punto de cenar allí una noche de Agosto de 2012, regresando de Aveiro, Portugal. Dormíamos en el Parador de Zamora para partir el viaje. Por comodidad y fatigados de tanto exceso gastronómico veraniego, cenamos en el propio Parador. No fue precisamente una cena ligera la que hicimos, porque tomamos un plato típico y contundente de la Semana Santa zamorana. No estoy seguro pero creo que fue el Dos y Pingada. Antonio y su Rincón quedaron para otra ocasión. Así que habría que ir un par de días a Zamora para dejar un hueco a Antonio y otro a Los Caprichos de Meneses.
  16. En una de estas visitas a Zamora, la dormida podría hacerse ser perfectamente en el Hotel La Becera en Peñausende. Cuando llegue el momento, mi amigo y compañero Luis Fernández-Bravo (que es quien me hace esta y las dos anteriores recomendaciones) me pondrá en contacto con su amigo Juan, que me organizará la estancia. Las indicaciones de Luis, hacen completamente innecesario el GPS: “Son solo 23 km desde Zamora por la salida de Salamanca y luego a la derecha”. “No tiene pérdida”, le faltó decir a mi querido amigo.
  17. Valbusenda, Hotel Bodega&Spa. En un puente de la Constitución/Inmaculada de hace dos o tres años unos familiares nos llevaron (después de invitarnos a comer en Toro) a este hotel a tomar un gin-tonic. Desde entonces forma parte de mis posibles planes por la zona. Es una sorprendente instalación en medio de viñedos de la D.O. de Toro un poco perdido en medio de la nada. Un sitio para retirarse del mundanal ruido.maletas viajes ajenos
  18. Restaurante El Empalme, Mombuey, Zamora. No hace falta que recordéis el nombre de este sitio. Solo hace falta recordar “setas” y “Zamora”. Inmediatamente lo encontraréis en cualquier buscador. Mi bisabuelo Fidel era natural de Mombuey, así que algo de sangre palanquina, que así se llama a los de Mombuey, corre por mis venas. Iré seguro algún día a El Empalme. Me ronda la idea desde hace años. Me habló de él por primera vez mi amigo Pepe, que paró allí en un viaje por la zona. Era casi la hora de comer y encontró el sito (que no induce a pensar que te encuentres en un paraíso micológico y claramente se ve en las fotos del enlace) totalmente vacío. En este sitio hay que reservar con mucha antelación, con lo que el dueño se quedó sorprendido de encontrarse con alguien que acudía a su establecimiento sin reserva. Parece ser que intentó (o aparentó hacerlo) darles mesa, pero no pudo ser. Tiempo después Pepe, Zacarias y yo, con nuestras familias, intentamos reservar para uno de los días del puente de Mayo de 2013 pero con mucha más antelación y fue imposible. En este caso tengo la sensación de que un grupo numeroso, con cinco niños incluidos, no les interesó y nos contaron una milonga. Aún así, lo intentaré de nuevo, cuando tenga ocasión.
  19. Restaurante Lera, evolución de El Mesón del Labrador, en Castroverde de Campos, Zamora. Otro sitio al que le tengo muchas ganas y al que he estado a punto de ir en una ocasión. Fue en 2014 con motivo de un viaje frustrado al San Froilán de Lugo. La ida incluía noche en Castroverde y cena en Lera/Labrador.
  20. A la vuelta de aquel viaje, la parada iba a ser en el Palacio de Canedo de Cababelos, León, un sitio magnífico en el que me falta (porque también tiene restaurante y tienda y muchas cosas más…) hacer noche en una de sus habitaciones de cuento de hadas. Mi mujer, mucho más prudente que yo para los viajes, nunca estuvo convencida de aquella paliza que íbamos a darnos y terminamos anulándolo. Conozco las habitaciones y son de cuento, fuera de lo común, con un cuidado de los detalles espectacular. Además no es muy caro. En cuanto al restaurante, que como todo el Palacio es precioso, me parece que es un sitio donde todo lo que se come es lo típico, natural y con “denominación de origen”. Me quedo con la cecina, los pimientos, la morcilla, la tortilla, la empanada, los chichos y el postre completo con las cerezas en aguardiente, el aguardiente y el café de puchero. Del Palacio de Canedo me quedo con todo. Me declaro un pradista convencido desde el día en que fui por primera vez al viejo Prada a Tope. Volveré, volveré y volveré.
  21. Y el último plan de hoy: Restaurante Boi Cavalo, en Alfama, Lisboa. A Boi Cavalo me dijo David Morajelo,  hablando sobre un próximo viaje a Lisboa “debes ir“. También me dijo: “Por allí tienes un par de buenos sitios de fado para después de cenar”.

Seguiremos…aconsejando…y dejándonos aconsejar.

Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario




 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.